El consumo de fármacos durante la gestación puede influir tanto en el feto como en la placenta. El mayor riesgo se da durante el período de la organogénesis, comprendida entre las semanas 3 y 8 de embarazo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no tomar fármacos durante el embarazo, ya que la gran mayoría de ellos pueden causar daños serios en el feto. Pero, ¿qué sucede en caso de que la mujer gestante precise de esos medicamentos para su propia salud?
El doctor Elkin Muñoz, director de IVI Vigo y A Coruña, responde a estas cuestiones y otras dudas que pueden surgir respecto a la ingesta de fármacos durante el periodo gestacional.
"Hay un gran porcentaje de medicamentos que llegan al feto a través de la placenta, de la misma manera que lo hacen el oxígeno y los alimentos. Así, pueden perjudicar el correcto desarrollo del feto y ocasionarle lesiones o incluso la muerte. Del mismo modo, pueden influir en la placenta, generando en el futuro bebé problemas como bajo peso al nacer o un menor desarrollo. Otro tipo de fármacos, por su parte, pueden ocasionar partos prematuros debido a un mecanismo de contracción de los músculos del útero. De ahí la importancia de prescindir de la ingesta de medicamentos durante la gestación, excepto en los casos en los que sea absolutamente necesario para el buen estado de salud de la madre", explica.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) clasifica los fármacos en 5 tipos, según los riesgos que representan durante el embarazo:
Todos ellos serán peligrosos en mayor o menor medida en función del grado de madurez del feto, aunque el riesgo es mayor durante el período de la organogénesis, comprendida entre las semanas 3 y 8 de gestación.
"El omeprazol, los antihipertensivos, los antiinflamatorios no esteroideos y los anticonceptivos orales son algunos de los fármacos más peligrosos durante el embarazo. Sin embargo, existen otros medicamentos que una gestante puede consumir sin ningún riesgo, y que le ayudarán a aliviar las molestias que pueda experimentar durante el embarazo y los primeros meses de maternidad. Además de los medicamentos, no debemos obviar los efectos que pueden tener algunas vacunas sobre el feto y la placenta, como son la del sarampión, varicela, rubéola, paperas, poliomelitis y fiebre amarilla", añade el especialista del Instituto Valenciano de Infertilidad
Al igual que ocurre en el embarazo, durante la lactancia materna hay que tener especial cuidado con los medicamentos y sus efectos sobre el bebé. A este respecto, la FDA establece 3 categorías de fármacos para la administración durante la lactancia:
SI: Puede administrarse sin ningún riesgo para el bebé
NO: No se recomienda su uso, o bien, la lactancia debe ser interrumpida durante la administración del fármaco.
ND: No hay ninguna información al respecto.
No obstante, es habitual que surjan dudas acerca de la seguridad de determinados fármacos conforme aparecen necesidades de la madre en cuanto a su uso durante el puerperio y los primeros meses de vida del bebé (siempre que se haya optado por la lactancia materna y haya riesgo de que estos fármacos influyan de alguna manera en el correcto desarrollo del recién nacido). Para resolver este tipo de cuestiones, debe consultarse siempre al pediatra, que es quien mejor conoce las compatibilidades entre medicamentos y lactancia. La web www.e-lactancia.org, por su parte, es un espacio que ayuda también a despejar dudas respecto a la influencia de determinados fármacos en la lactancia materna.
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