La Fundación Caja de Burgos busca transformarse con un nuevo Plan Estratégico

La Fundación Caja de Burgos ha diseñado para sus próximos cinco años una hoja de ruta que se sustenta sobre la sostenibilidad, digitalización, talento y emprendimiento. Desde la sociedad quieren con ello "liderar el cambio de las personas".

Entre los objetivos estratégicos que se han planteado figuran acelerar el progreso económico y la creación de empleo, contribuir a la sostenibilidad medioambiental, promover la cohesión y el bienestar social, impulsar la cultura, ofrecer una educación innovadora, mejorar la salud de los ciudadanos y aportar soluciones financieras.

El presidente de la entidad, Ginés Clemente, explica que otros objetivos más específicos pasan por incrementar un 8% sus usuarios, unos 47.000 más; aumentar el gasto en acción social anual hasta superar los 15 millones y mantener un nivel de satisfacción medio de 4'5 sobre 5.

En esa línea, desarrollarán planes de acción como el impulso de las pymes, lanzamiento de una oficina para la captación propia y de terceros de fondos europeos, apoyo a la creatividad e impulso cultural, desarrollo de un Programa de bienestar integral, actividades de sensibilización y transformación del tercer sector, mayor calidad en su residencia para personas mayores, nuevas promociones de vivienda con alquiler asequible (75 en construcción en la avda. Castilla y León y otras 50 a planificar en un futuro) y, entre otras, el lanzamiento de la Escuela Con-Talento para el desarrollo profesional en la Fundación.

Por otro lado, con el doble objetivo de garantizar a independencia en sus órganos de gestión, crecimiento, desarrollo económico y potenciar la oferta financiera. Para ello han adquirido el 10% de Arquia Bank y pasan a ser accionistas de este banco. Esto facilitará la instalación de una oficina en Burgos, que será diferente a lo habitual y cercana.

El director de la Fundación, Rafael Barbero, comenta que gracias a su situación financiera "sólida" podrán destinar a lo largo de este año 14'2 millones de euros para el desarrollo de actividades, aunque deberán tener en cuenta una de sus "grandes amenazas": la inestabilidad económica. Además, 2021 no fue un buen año y es que cerraron con un déficit de 2'9 millones de euros, por la reducción del dividendo de CaixaBank; no obstante, debido a su beneficio acumulado entre 2014 y 2019 de 5'6 millones, su patrimonio no se ha visto afectado.

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