Según informa la diocesis de Burgos en su página web, el viento ha derribado parte de la espadaña y el nido de cigüeña que se posaba sobre ella, que han caído sobre la última bóveda de la iglesia y el coro de la misma junto con dos pequeñas campanas. Solo ha quedado en pie el arco que sustenta las dos campanas más grandes. Por fortuna, no ha habido que lamentar daños personales.
Hasta el lugar se han desplazado el vicario general, Fernando García Cadiñanos, y el técnico de obras del Arzobispado, Fermín Ángel González, que se han reunido con el párroco y el alcalde de la localidad para valorar los daños, así como varios técnicos de la Guardia Civil. De momento, el templo quedará cerrado al culto, celebrándose la eucaristía en algún local que va a poner a disposición el Ayuntamiento.
La actual iglesia parroquial fue construida entre los siglos XVI y XVII y está dedicada a los santos médicos Cosme y Damián. El coro había sido restaurado hace ahora 14 años.
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