Lo que no consiga la concejala de Festejos del Ayuntamiento de la capital burgalesa, Carolina Álvarez no lo consigue nadie en España, ni Francisco de Asís Lobatón Sánchez de Medina (P. Lobatón) con su programa ¿Quién sabe dónde?
Nuestra edil ha sido capaz de descubrir que el fundador de la ciudad de Burgos, hace 1140 años, D. Diego Rodríguez Porcelos tenía una hija llamada Sullabella, nombre que seguro habrá copiado ahora un Consorcio de Perú encargado del tratamiento de Aguas y de Residuos.
Cuando se entere de esto el vicealcalde, Martínez Acitores nos dirá mil y una vez que las mejores aguas y los mejores residuos del mundo son los de Burgos gracias a la hija de D. R. Porcelos.
Además de felicitar a Doña Carolina por su descubrimiento antropónimo, nos ha dicho la edil que a esta dama medieval se la apareció la Virgen Blanca en la ladera del Castillo y que por eso una imagen de la misma dio pie a la construcción de una iglesia en ese lugar con dicha advocación mariana.
En el aspecto negativo de la concejala popular queda que no ha sido capaz de aclararnos si el conde Diego Rodríguez Porcelos estaba casado o no; si la hija era extramatrimonial o adoptada, mora o cristiana...
Todo esto viene a cuento porque a nuestro fundador de la ciudad le han emparentado para los desfiles de los Gigantones, porque no han encontrado a su 'dama', con Doña Berenguela, quien más de 300 años después reinó brevemente y era la madre de Fernando III El Santo, el fundador de la Catedral, por consejo de su progenitora y de su esposa.
Claro está que como estamos hablando de fundadores, ya da todo igual, así que 800 años más tarde podemos tomarnos todos los burgaleses estas fiestas una copa de coñac Fundador, que paga el Ayuntamiento.
¡Salud!
Termino: que dimita el o los Cronistas Oficiales de la ciudad y que nos pongan a Doña Carolina, porque seguro que lo haría mejor, o al menos ni se notaría.