Era lo esperado: el callejón de la plaza de toros con personas, personajillos y otros especímenes que con tal de seguir estando en 'el candelabro' hacen lo que sea para que se les vea. Da igual que no tengan ni idea del 'Arte de Francisco Arjona, Cúchares', todas las ferias tienen que auto demostrarse que continúan con influencia e incluso poder sobre el que reparte las autorizaciones para ocupar sitio en el callejón y alrededores.
El Estatuto de Castilla y León y el Reglamento Taurino en vigor señalan que la Junta tiene las competencias exclusivas en todo lo relacionado con los espectáculos taurinos y con la obligación de garantizar la concurrencia en las mejores condiciones de seguridad para participantes y público, por lo que es preciso regular la presencia de personas en el callejón.
En ese sentido, el art. 2-1 de la Orden 762/2005 de 30 de mayo, de la Presidencia de la Junta señala que los 'Delegados Territoriales de cada provincia autorizarán la permanencia de personas en el callejón'.
El apartado 2.2 de esa misma Orden dice que 'podrán estar en ese lugar el personal que intervenga en el espectáculo' (toreros, banderilleros, picadores, mozos de espada...), 'el personal auxiliar de la plaza' (areneros, carpinteros, mulilleros, aguacilillos...), 'médicos, veterinarios, apoderados, representantes de los ganaderos y medios de comunicación acreditados'.
Para nada dice que políticos, otros cargos públicos y 'okupas' puedan permanecer en ese sitio, salvo que como ocurre en Burgos el delegado de la Junta les haya dado la autorización y el correspondiente pase, ya que como ya hemos señalado, esa Orden aquí citada, deja bien a las claras que 'todos los ocupantes de burladeros deberán estar debidamente acreditados por la Delegación Territorial'.
Asimismo, obliga a esos acreditados a permanecer en el burladero correspondiente y a no moverse por el callejón, saludando a diestra y siniestra, aunque en Burgos casi siempre se saluda más a la diestra. Solamente están autorizados a deambular por el callejón los profesionales de la lidia, sus auxiliares y las Fuerzas de Orden Público.
El presidente o presidenta del festejo y el delegado de la Autoridad (por lo general, un inspector jefe de policía nacional) deberán proceder al desalojo de quien no tenga autorización o no cumpla con el reglamento durante su estancia en el callejón.
En Burgos este año se ha dado y se va a seguir dando una situación que cuando menos debe hacer tomar cartas en el asunto al presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ya que la presidencia de la corrida de este sábado y seguro que alguna más de la presente Feria de San Pedro, la ha ostentado Lorena de la Fuente, procuradora del Partido Popular por Burgos en las Cortes Regionales.
Sin entrar en valorar si está o no capacitada para el cargo taurino, no teniendo vinculación prohibida con gente de este sector, no me parece ético (la mujer del César...) que ejerza cono Autoridad en un festejo cuya máxima responsable es la Administración de la que forma parte como parlamentaria (eso de ser juez y parte).
También habrá que preguntarse si esos parlamentarios, casualidad, del Partido Popular, que estaban en el callejón buscaban las emociones y la adrenalina que no consiguen cuando interpelan al Gobierno en el Congreso y en el Senado de España.
Sobre si pudieran sufrir algún percance durante el desarrollo de la lidia, dichos políticos no están preocupados ya que el organizador del festejo tiene por Ley la obligación de tener un seguro de asistencia médica y hospitalaria por importe de 1.800 €.
Por último, desconozco si todos los que se dejan ver por el callejón han sacado en su vida una entrada y han pagado por ver una corrida de toros, aunque conociendo a ese tipo de personas dudo muy mucho que tal cosa haya sucedido. ¡ Será porque con los sueldos que les pagamos entre todos no les da para pasarse al menos una vez por una taquilla y abonar el precio de su entrada!