La Fundación Secretariado Gitano, que denunció los hechos y apoyó a las víctimas para personarse como acusación particular en el juicio, manifiesta su satisfacción por esta condena que envía un mensaje claro a la sociedad de que los delitos de odio antigitanos son perseguibles penalmente y no pueden quedar impunes.
La Fundación Secretariado Gitano (FSG) manifiesta su satisfacción por el resultado de la sentencia del Juzgado de lo Penal nº2 de Burgos en el juicio contra tres vecinas de una comunidad vecinal, acusadas de un delito de coacciones con la circunstancia agravante del odio antigitano.
El Juzgado de lo Penal nº2 de Burgos ha condenado a tres mujeres de una comunidad vecinal por un delito de coacciones con la circunstancia agravante del odio antigitano.
Nuestra Unidad de la Gestión de la #diversidad ha intervenido en un conflicto entre particulares que tuvo lugar entre mayo y octubre del 2020 recogiendo la información que ha servido de base para la denuncia, en inestimable colaboración con Secretariado gitano.#VelandoporBurgos pic.twitter.com/FYuz0XN2AJ
— Policía Local Burgos (@PoliciadeBurgos) May 31, 2022
El acoso denunciado incluía una serie de insultos verbales que proferían a la familia, tales como: "gitanos de mierda" o "hijos de puta". Además, se denunció que las acusadas remitieron una carta a la familia en la que se les llamaba "salvajes". Asimismo, se les acusó de generar un clima hostil de todo el vecindario contra la familia gitana: publicaron un cartel en el portal en el que hacían un llamamiento a los vecinos para que fueran a su casa a comprobar los ruidos. Además, una de las acusadas publicó en redes sociales mensajes en los que se quejaba de la llegada de "familias numerosas problemáticas de etnia gitana", generándose a raíz de esta publicación mensajes de odio antigitano por parte de otros usuarios.
La situación de acoso e insultos que sufrió la familia por parte de las vecinas, desde el mismo momento en el que entraron a vivir en la vivienda, les generaron una fuerte ansiedad y miedo, afectando a su seguridad, tranquilidad y libertad personal. Esta situación insostenible se fue agravando con el tiempo y produciéndose de manera más habitual, lo que llevó a la familia a cambiarse finalmente de domicilio.
La Fundación Secretariado Gitano, que denunció estos hechos ante la Fiscalía especializada en delitos de odio y discriminación de Burgos y proporcionó representación judicial a las víctimas a través de Violeta Assiego, abogada especializada en delitos de odio, ha manifestado su satisfacción ante esta condena que pone el foco en el acoso discriminatorio y de antigitanismo que sufren muchas familias gitanas en las comunidades vecinales y que limita su derecho a la vivienda en condiciones de igualdad.
Selene de la Fuente, abogada de la Fundación Secretariado Gitano, que denunció los hechos a la fiscalía y que ha acompañado y asesorado a la familia en todo el procedimiento, ha manifestado que "esta condena reconoce el acoso y el hostigamiento antigitano que ha sufrido la familia y al mismo tiempo manda un mensaje claro a la sociedad de que los delitos de odio no pueden quedar impunes".
Esta condena ha supuesto un resarcimiento para la familia, que ha manifestado que "salimos muy contentos porque se ha reconocido el daño que nos han hecho; nuestros hijos tenían miedo de estar en casa, estaban aterrorizados cuando se les caía un boli al suelo e incluso fuimos nosotros quienes tuvimos que irnos de la vivienda. Ahora esperamos que con esta condena ninguna otra familia gitana vuelva a pasar por estas situaciones".