Han sido aprehendidos tres detectores de metales y nueve objetos entre monedas y piezas metálicas, con restos de barro que evidenciaban su reciente uso y extracción, respectivamente.
La Guardia Civil ha sorprendido a dos personas -que viajaban en el mismo vehículo- con aparatos de detección de metales y piezas arqueológicas de notoria antigüedad; carecían de los debidos permisos para realizar actividades arqueológicas, por lo que se han levantado actas denuncias por infracción a la Ley 7/2024 de Patrimonio Cultural de Castilla y León, por supuestas actividades relacionadas con el expolio de objetos históricos.
Días atrás, en un dispositivo policial emplazado de madrugada en la carretera N-234, en la comarca del Arlanza, una patrulla paraba a un vehículo ocupado por dos personas. Sus ropas se encontraban manchadas con recientes evidencias de barro; los agentes recelaron y se interesaron por el motivo, pero ninguno supo dar una respuesta coherente, acrecentando las sospechas.
Un registro a sus pertenencias, así como al interior del vehículo y su maletero destapó la presencia de dos detectores de metales tipo barra y un tercero más reducido de precisión; en una riñonera se encontraron nueve objetos de metal entre monedas y piezas de notoria antigüedad, con restos de barro. Una de ellas llamaba la atención por arrojar similitudes con un As romano.
Su apariencia hacía entrever que no eran el resultado de un hallazgo casual o encontradas en superficie, sino que habían sido extraídas deliberadamente del interior del subsuelo.
Con indicios, por tanto, de tratarse de objetos bajo protección de patrimonio histórico, les fueron requeridas las autorizaciones necesarias para realizar la actividad y para la tenencia de dichas antigüedades, si bien carecían de los permisos que justificaran el uso de los detectores y tampoco habían comunicado los hallazgos.
Los hechos expuestos han sido puestos en conocimiento del Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Castilla y León en Burgos; al considerar que pudieran tratarse de infracciones contempladas en la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León, se han levantado actas denuncias y aprehendido los aparatos electrónicos junto con los hallazgos, siendo estos últimos recuperados y depositados en el Museo de Burgos para su custodia, estudio y catalogación.
Sanciones administrativas o penales
Cabe diferenciar, entre las acciones contra el patrimonio histórico, aquellas que pueden ser catalogadas por su tipología como infracción a normativa, concretamente en Castilla y León a la Ley 7/2024 de Patrimonio Cultural, como en el caso que nos ocupa - por infracción grave-, que podría conllevar una sanción económica de hasta 200.000 euros.
Por otra parte, aquellos hechos que por sus particularidades sean constitutivos de delito -sobre el Patrimonio Histórico- por expolio de piezas arqueológicas, podrían ser castigadas con penas que aplicadas en su grado máximo conllevarían hasta 24 meses de multa y 3 años de prisión.
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